Resumen
Este es un email intenso e interesante, que retoma la idea de “lo que es” la espiritualidad. Y, para comenzar, toca recordar otra idea que encontrarás insistentemente repetida en este boletín y que es la base sobre la que este se construye, y su razón de ser. Y es que la espiritualidad es el resultado personal de resolver la necesidad de Trascendencia que tiene cada uno.
Esta necesidad de ir más allá y de encontrar respuestas, se parece mucho a la descrita por Abraham Maslow, a partir de su “jerarquía de necesidades”, y que se refiere a la necesidad humana de alcanzar y conectar con algo más allá del propio yo. Como resultado de esa búsqueda de conexión, una persona desarrolla su espiritualidad, siempre de forma individual, logrando profundos estados de bienestar y de integración con las cosas y personas de su entorno.
Además, debes tener en cuenta que esa necesidad de búsqueda de significado y autorrealización, como ser humano que eres, tiene varias etapas y puede tomar muchas formas. Pero en general se puede decir que hay dos áreas en las que se va a desarrollar, que son el servicio a los demás, y la creatividad.
Para terminar este resumen solo me queda decirte que este email forma parte de una serie de 4, en la que encontrarás una revisión completa de las ideas y conceptos que están asociados a la espiritualidad desde varios puntos de vista.
Otras publicaciones de esta serie
Esta serie era inicialmente de 4 emails y finalmente será de 6.
Dos de ellos son publicaciones de pago.
Email #164 - Espiritualidad ¿de dónde sale? ( 🔓 En abierto)
Email #165 - Espiritualidad día a día ( 🔓 En abierto)
Email #166 - Hamburguesa o cocido ( 🔓 En abierto)
Email #167 - Espiritualidad no es religión (🔒 De pago)
Email #168 - La espiritualidad ¿es física? (🔒 De pago)
Trascender no es opcional
La idea de “necesidad”, para comenzar por ahí, en este email significa exactamente lo que piensas. Es una tensión que se crea dentro de ti debido a que te hace falta algo que es vital para tu supervivencia, para tu bienestar o para tu realización personal. Eso sí, para ponernos de acuerdo tú y yo y para que no haya confusiones, en este email identificamos 6 tensiones de este tipo, que son alimentarse, reproducirse, protegerse, pernoctar, defenderse y trascender.
Y aunque es cierto que las necesidades humanas han sido tratadas científicamente por muchos expertos, esta clasificación de 6 es una propuesta personal, y está basada en la interpretación energética sobre la influencia que el medio y la naturaleza tiene en ti, desde el punto de vista de la medicina tradicional china.
Así que, afinando la idea, cuando aparece una de estas tensiones dentro de ti, entonces tienes hambre, o ganas de tener sexo, o sientes frío o calor, quieres dormir, tener un lugar seguro dónde descansar, desconfianza y hasta una sensación de estar en desconexión, sin dirección y sin sentido. Todas estas cosas no son más que la manera en que tu cuerpo y tú reaccionan debido a esas necesidades que tienes, como todo el mundo.
La espiritualidad nace de tener que ir más allá
Aclarado esto, volvemos al tema. Aunque lo de tratar de definir la espiritualidad viene de lejos, es justo asumir que fue Maslow quien mejor definió la cosa. Fue él quien explicó mejor la idea de que la espiritualidad y la religión no van juntas, que es de lo que va este email. Y lo hizo en un librito llamado "La Personalidad Creadora", que es en donde define a la “necesidad de trascendencia”.
De forma resumida, lo que dijo es que tú, como ser humano que eres, estás siempre en la predisposición de sufrir una tensión interior que te obliga a buscar e ir más allá en tu vida. Y que esta situación interna la resientes como estar en aislamiento, sin dirección y sin sentido, y eso te obliga a superar tu propia individualidad para contribuir significativamente a algo mayor y más grande que tú.
Esta necesidad específica implica que tomarás decisiones y harás lo que sea necesario para superar y resolver esa tensión. En consecuencia, esa búsqueda y puesta en práctica de soluciones te dará el significado y conexión con lo que consideras trascendental. Como resultado, logras desarrollar y aumentar tu capacidad de conectar con profundos estados de bienestar y de integración con las cosas y las personas de tu entorno.
Definiendo lo que sí es
Es decir, a más espiritualidad, mejor te sientes siendo tú, a la vez que eres capaz de formar parte de las personas que te entornan, sin perder tu identidad. Claro que puede que todas estas ideas choquen un poco con tus creencias sobre la espiritualidad, sobre todo si todavía crees que ésta está fuera de ti, en el otro, llámese gurú, maestro, entidad celestial o ser mágico.
Pero no te preocupes. Lo que tienes aquí no choca para nada con todo eso. De hecho, lo explica y lo necesita, porque lo quieras tú o no, esa necesidad está ahí y hay que resolver la tensión que crea dentro de ti. Lo único diferente es que te propongo que sea una espiritualidad consciente, lo que implica que entiendes lo que haces y los efectos que produce. Y, aun así, que puedas disfrutar de todo ello.
Así que, para lograr eso, quiero que entiendas que la espiritualidad puede tomar dos vías que a menudo se confunden, pero que no son más que las dos caras de la misma moneda. Una de esas caras es el servicio a los demás y la otra es la creatividad. Pero no quiero que pierdas el tiempo en tratar de dilucidar que es una y la otra, así que vamos a profundizar un poco más.
Una espiritualidad sana
Esta última parte, más detallada y práctica, te permitirá conocer una forma de evaluar las cosas relativas a la espiritualidad, para que vayas sacando tus propias conclusiones y encajando todo lo que sabes y has aprendido hasta ahora sobre todo esto.
Y, para hacerlo, necesitas la referencia de tres personajes que, para mí, son importantes en este sentido de “hacer el camino” de lo espiritual. Erich Fromm, Mircea Eliade, y Joseph Campbell. Esto te permitirá entender y valorar gurús y religiones o prácticas que puedan interesarte, pero resolviendo todos los aspectos de tu necesidad de Trascender. Y, aunque estos 3 se conocieron, no escribieron nada juntos, porque cada uno era hijo de su madre y de su padre. Pero sus ideas ofrecen una visión clara y meridiana de cómo puedes enfrentar tu espiritualidad.
El objetivo, partiendo de este trío dinámico, es que desarrolles unos sistemas de creencias que te permitan construir un sentido de significado y propósito, y dejar que esas mismas creencias formen las conexiones en tu cabeza que sean necesarias para conectarte a la vez con lo sagrado, y con la gente que te rodea. La manera de lograr esto, partiendo de sus ideas, es sencilla y se fundamenta en comprender los 3 pilares en los que se basa toda espiritualidad sana.
Los 3 pilares de tu espiritualidad
Construcción progresiva del significado y la orientación en tu vida
Lo más importante, en tu espiritualidad, es entender que tu búsqueda de significado y propósito no terminará nunca. Eso no significa que serás enormemente infeliz, sino que en la medida en que avanzas, tus creencias evolucionan, aportándote mejores puntos de vista, más comprensión y una dirección más clara. Es por eso por lo que tus prácticas espirituales no solo te ayudan a interpretar el mundo material, sino que también ofrece caminos hacia la autorrealización y la autoexpresión.
Lograr transcendencia y conexión con lo sagrado
La espiritualidad tiene una dimensión mental y corporal, lo que implica que tus prácticas producen nuevas conexiones que te abren ventanas a lo que es trascendental y sagrado para ti. Esos conectomas son los que te ofrecen un vínculo profundo con ideas más allá de la vida cotidiana, y producen esa sensación de bienestar y de paz e integración que te ayudan a ir más allá.
Integración con tu entorno y en lo personal
Esa sensación interna de bienestar y de tranquilidad te ayuda a compartir ideas, reglas, creencias y acciones con personas que coinciden contigo, fortaleciendo tu relación con ellas y haciendo que comprendas mejor que tu espiritualidad tiene un gran componente social, porque proporciona un soporte colectivo que permite a las personas enfrentar juntas los desafíos de la vida.