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Resumen
Seguimos con la segunda parte de una idea sencilla y práctica. Es enormemente importante que tu idea de energía comience con tener un espacio al que llegar cuando cierras los ojos. Un prado, una casa, un salón o una ciudad. Ese es el comienzo para un buen modelo de la “energía”.
Al comienzo, cuando piensas en “energía”, lo haces imaginando cosas por separado, alejadas una de otra y que parecen no tener relación entre ellas. Sin embargo, “energía”, es una idea muy amplia de la que debes tratar de ir creando un modelo claro en tu cabeza, que necesita de algo que la ordene. Y eso que necesitas es un espacio energético.
Si cierras los ojos puedes imaginar lo que quieras. Pero, en tu cabeza, el imaginar un lugar como una ciudad energética, por ejemplo, es una gran opción para que puedan convivir, dentro de ella, todas las energías que conforman tu modelo mental de lo que es espiritual. Esa ciudad energética puede ser una “ciudad celestial” o, como la llaman algunos, “una ciudad etérica”.
Un hogar para los arquetipos
Ese lugar, energético como es, puede ser como tú quieras. Puedes construirlo en tu mente, por ejemplo, a partir del recuerdo de un lugar que hayas visitado alguna vez. Pero puedes, también, hacerlo a partir de fotografías y de películas.
Luego empiezas a poblar tu ciudad. Imaginemos a una persona que piensa que las enseñanzas de Buda le aportan ideas que le son útiles. Podría pues incluir al Buda, y a algunos maestros ascendidos budistas, viviendo en su ciudad energética. Pero si además cree que la noción de servicio a los demás, que aportan los cristianos, es vital para su modelo espiritual, entonces necesita algunos maestros ascendidos cristianos.
Todos estos maestros podrían ir al bar de la ciudad, a comer y beber. Pero también a discutir cómo mejorar la vida de quien los imagina. También podría ser que, en lugar de discutir en un bar, lo hagan en una especie de parlamento, como se hace en el mundo real. La solución no importa. Lo que importa es que dos ideas que físicamente no están integradas, en tu cabeza sí que lo estén.
Técnicas y espacios
Puede que estés en la tesitura de ser un católico cultural y creer en la acupuntura. O de haber estudiado medicina, pero creer en que hay algo más allá de la vida, que es importante para ti. Ordenar esas cosas en tu cabeza, es importante. Podrías, por ejemplo, imaginar que tienes asesores médicos y asesores sobre la vida en el más allá.
Podrías, por ejemplo, sentarlos en una gran mesa a que expongan sus ideas, y luego tú decides quien, o qué, va primero, y en cuáles condiciones. O, imaginando otro ejemplo, podrías tener maestros ascendidos que supieran acupuntura, y que son dirigidos por Dios en tu mente. Esa es la manera de hacer que tu cabeza cristiana sea capaz de integrar un elemento que no lo es.
Recuerdo, para ponerte un ejemplo más, a un médico salido de la universidad que se dedicaba a la acupuntura, que me explicaba que los puntos de acupuntura los puso Dios en el cuerpo para ayudarnos. Y continuaba razonando que, si hubieran sido un invento chino, entonces solo los tendrían los chinos. Una solución genial para integrar dos cosas de origen tan dispar.
Tu lugar especial y tu ciudad energética
Sé, para terminar, que como tu cabeza está como está, terminarás por pensar que ese lugar especial del que hablamos en los emails #63 y #86, es lo mismo que la ciudad energética de la que te hablo. Es importante que no lo hagas. No tienen nada que ver.
Fíjate bien. Tu lugar energético especial es tu casa. La ciudad energética es la casa de todos los arquetipos con los que trabajas hoy, y vas a trabajar en el futuro. No es lo mismo, no se escribe igual y, por tanto, no se mezclan.
109. El espacio energético II
Maravilloso David!!!!!!😍🎁🍀🌠🪄✨✨✨
Me gustan estas ideas. Gracias