73. Magia e imaginación
El pensamiento mágico, una herramienta poderosa
Resumen
Hace unos días he tenido una conversación muy intensa con una vieja conocida. Ha perdido a una hija hace menos de un mes. Un día antes, murió una sobrina. Un año antes su marido. Y hace unos 5 años perdió a otro de sus hijos. Esto es una experiencia dura y directa con la pérdida.
En un momento de nuestra conversación me miró a los ojos, y resumió su dolor en una sola frase. Yo no soy religiosa, me dijo, pero cuando estoy sola en mi salón cierro los ojos y le digo “ya está bien”. “¡Ya está bien!”. Dentro de la soledad que siente, un pensamiento mágico dirigido a “Dios”, le ayuda a enfrentar la vida real, tal como es.
Por eso vamos a tratar una idea muy sencilla, pero poderosa. Se trata de aceptar y de entender que, dentro de tu proceso de crecimiento como ser humano, la magia es el aspecto de tu pensamiento que te ayuda a llenar el vacío de lo desconocido, eliminando el factor incertidumbre de tu vida.
La magia, dentro de nuestro mundo habitual, suele ser eliminada por la educación y sustituida, en las culturas occidentales, por la ciencia y la religión, lo cual está justificado y es vital para mantener el orden social y colectivo actual. Pero eso no evita que la magia esté constantemente presente en los pensamientos y deseos subconscientes de una persona.
La magia está en tu cabeza
Esta mujer no es, efectivamente, una fanática de la religión. Tampoco de la espiritualidad a toda costa. Es una mujer normal, con una vida normal, como la de cualquiera. Pero ante semejante saturación de pérdidas en su vida, necesita recurrir a la magia, y a su imaginación, para poner fin al dolor.
Aun cuando una imagen como Dios no está presente en su vida, recurre a ella, para pedir un punto final a toda esta situación que ha estado viviendo. Esto es a lo que el amigo Eugene Subbotski se refiere cuando escribe que “en las culturas occidentales modernas, una persona tiene que mantener una actividad especial para evitar que la realidad mágica entre en su vida cotidiana.”
Sucede, según él, que “la realidad mágica es suprimida por la ciencia y la religión, pero está constantemente presente en los pensamientos y deseos inconscientes de una persona”. Por eso aparece cuando la realidad se hace tan dura, que el esfuerzo que hacemos para no permitir que nuestros pensamientos y creencias mágicas afloren, ya no vale la pena.
Hoy podemos decir, sin problemas, que la magia es una forma de pensamiento que existe en cada ser humano, y que tiene efecto no solo en nuestra imaginación, sino también en la forma en como nos comportamos todos los días. Es más, tenemos claro también que la magia y la ciencia pueden coexistir, y lo hacen, perfecta y felizmente juntas dentro de nuestra cabeza.
Las soluciones que imaginas tienen tu firma
Por mucho que la ciencia se esfuerza por encontrar hechos, la verdad es que cada vez más se acerca a la idea de que todo depende del punto de vista en el que te apoyes para explicar las cosas. Resulta que la conciencia, y tu percepción de las cosas, son solo el resultado de lo que eres, de lo que has vivido y de la evolución que has tenido como persona. Es decir, que lo que crees, vives, y piensas, tiene tu firma, seas una persona normal o la persona más brillante jamás conocida.
Pero sucede que en ese camino que has vivido, que es tu vida, todo lo que se relaciona con el pensamiento mágico se ha quedado al margen. Pasó a ser inconsciente, aun cuando en tu niñez no era así. Lo bueno es que, aun no formando parte de tu vida consciente, y de no estar presente en tu vida diaria de forma clara y patente, también has desarrollado un pensamiento mágico propio.
La razón es que, sin magia en tu cabeza, no podrías enfrentarte a situaciones que están más allá de tu control racional. Y eso es así, para todos, incluso a pesar de que mucha gente siga viendo esta posibilidad como una cuestión de inmadurez, de engaño, o de superstición.
La magia y la imaginación
Por eso un pensamiento mágico aparece en tu mente, asociado a una imagen, cuando lo necesitas. Es un recurso más del que dispone tu mente, para ayudarte a avanzar. Se diferencia de la imaginación porque va más allá, al mundo de lo no conocido por tu mente.
Cuando, por ejemplo, imaginas un compromiso que es muy importante para ti, como un examen, una entrevista de trabajo o una visita a un cliente importante, tu imaginación puede acercarte a la situación futura, construyendo lo que imaginas en tu cabeza con elementos que conoce. Es decir, en tu imagen de cómo es el futuro, tiene que haber personas, tiene que haber sillas, muebles, paredes y otros elementos comunes. Cosas que sabes que existen en la vida real.
Pero hay un momento, mientras construyes la imagen de lo que pasará, que no sabes nada. Te falta información. En ese momento la magia es necesaria, dado que la incertidumbre que produce el no construir esa imagen es mayor que dejar la imagen inconclusa. Pero pocos son los adultos que pueden imaginar una solución mágica a través de la intervención “no lineal”, es decir, de algo que no responda a la lógica de la situación.
Por ejemplo, imágenes mezcladas con magia pueden incluir un rayo de luz que entra en la sala para darte lo que quieres. Pero también incluir seres como ángeles que desvían a la gente que camina por la cera, en la calle, y la meten en tu negocio. O seres como dragones que te protegen mientras caminas, o visitas un lugar, en el que sientes desprotección.
Utilizar la magia, mezclada con tu imaginación, es un recurso energético muy poderoso. Solo que no lo utilizamos lo suficiente, debido a la presión que ejerce la educación en nuestra formación, que ha hecho que dejemos de lado esta habilidad que es muy útil.
Y no solo en situaciones como la que está viviendo la amiga de la que te he hablado antes, sino que, utilizada diariamente puede darte unos resultados maravillosos.
Las ideas en las que se basa este email están presentadas por Eugene Subbotsky en su libro “Magic and the Mind”. En el libro él mismo explica que comenzó con estos estudios en Moscú en 1982 y los continuó en Alemania, Inglaterra y México.
Actualmente trabaja en la Universidad de Lancaster en un proyecto sobre el papel que juega la experiencia subjetiva humana en la creación de la realidad en forma de ciencia.
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