Resumen
Esta vez voy a contarte algo práctico y divertido sobre lo que imaginas. Son las historias que te cuentas.
Empezaré por afirmar algo que parece no tener nada que ver con el tema. Y es que no puedes predecir el futuro. Eso es algo que tendrás que aceptar tarde o temprano. Lo que sí puedes hacer es imaginarlo, y si cuentas con un poco de osadía, puedes diseñarlo. Solo tienes que entender que nada está realmente predeterminado al detalle y que la realidad se construye “a cachos”, diariamente. Y es allí donde vamos a ir esta vez.
Lo que tiene de interesante saber que la realidad se construye cada día, es que tienes la capacidad de dar forma al mundo que quieres y prepararte para el que vas a vivir en tus próximos años, con la idea en mente de adaptarte rápidamente a los cambios que pueda haber. A ese proceso se le llama “anticiparse”.
El proceso de crear anticipación es sencillo de entender. Comienzas por dar forma a tus ideas al escribirlas. Luego las imaginas para, enseguida, hacerlas congruentes con tu vida y con el momento que estás viviendo cuando las imaginas. Y este es el tema que quiero que veamos. En el momento en que incluyes la idea imaginada en tu vida es cuando ésta se convierte en tu relato personal. Es cuando se convierte en “tu historieta”.
Lo que sucede en tu cabeza
Tus objetivos, imaginados y adaptados a tu vida dentro de tu cabeza y a través de la imaginación, es lo que llamamos “tu historieta”. Tus historietas son las vías más efectivas para que tus objetivos e ideas se conviertan en algo “que tenga sentido” y por lo tanto que tengan el poder de ayudarte a determinar qué es lo que está pasando, lo que está por venir y qué es lo que debes hacer.
Tu cabeza está todo el día imaginando cosas. Muchas veces no eres consciente de ello, pero aun así sucede y terminas creando una historia en tu cabeza de lo que ha pasado o de lo que quieres que suceda.
Fíjate en este ejemplo. Imagina que estás esperando a alguien, pero que se retrasa. Le envías mensajes, pero no responde. De hecho, el WhatsApp tiene las dos flechitas, pero no están en azul.
La reacción, en este momento que lees, sabes que dependerá de quién es. De si le conoces o no. De si lo que has vivido antes con esa persona es bueno o malo y los recuerdos que tienes son agradables o desagradables. Pero sitúate. Estás allí esperando. Pasa el tiempo y no sabes qué sucede. Tu mente no para de imaginar cosas. Imagina cosas concretas. No son reales, ni comprobables hasta que la persona llega. Pero pueden ser muy específicas, sobre todo si la persona tarda mucho en llegar.
Luego te cuenta qué sucedió. Y tu dices: imaginaba que te había pasado algo.
Pero eso de esperar a alguien es un ejemplo que podemos llamar “bueno”, porque es bastante predecible y relativamente poco estresante. Muchas veces te encontrarás con situaciones más difíciles, que son tan extrañas o complicadas para ti que se produce un bloqueo cognitivo. Es lo que normalmente llamarías “bloqueo”, o “perderse” o “paralizarse”.
Me das escalofríos
Me explico mejor. Mientras escribo tengo puesto el vídeo de una canción en mi ordenador. La tengo puesta en un bucle, así que se repite y se repite. Es “Shivers”, de Ed Sheeran. Lo tengo puesto por una sola razón. El director, Dave Meyers, es muy bueno haciendo vídeos y este es un gran trabajo, para mi gusto.
El vídeo muestra lo que sucede entre dos personas que no se conocen pero que quedan enamoradas desde el primer instante en que se ven en un café. Igual no sabes inglés, puedes encontrar el vídeo subtitulado en español para que calmes tu mente. Pero lo que quiero es que entiendas que la canción es pegadiza y lo que necesitas es ver lo que “dice” el director en imágenes y sin prestar mucha atención a lo que dice el cantante.
En resumen, la historia en imágenes cuenta cómo es que el protagonista de la historia (Ed Sheeran) ve las cosas “de color rosa”. Es una narración divertidísima de cómo, a pesar de las situaciones más alocadas que pueden pasarle con su chica (Anna Sophia Robb), ambos solo ven cosas maravillosas y todo les parece perfecto.
Al final tenemos la duda si los escalofríos son porque está enamorado o porque la novia es rarita.
A los 50 segundos de comenzar el vídeo, el hombre enamorado le envía un mensaje a su dulcinea y el móvil muestra que ella está respondiendo. Pero el vídeo nos alarga la espera hasta que por fin llega la respuesta, a las tantas. Pero eso no importa, el vuelve a la vida y le parece todo bien.
Luego todas las imágenes pasan a ella, mostrando sus rarezas que son totalmente aceptadas e integradas por su amado. Es absolutamente genial.
Tus historietas son las que crean tu realidad
Espero que hayas visto el vídeo un par de veces, así que vuelvo al tema. Como diría Caleb Sharf, “cuando la vida nos arroja demasiadas cosas nuevas a la vez, podemos entrar en un estado de bloqueo cognitivo”, lo que significa que tu mente pasa de una cosa a otra sin control, como un mono saltando de rama en rama, pero sin poder construir una historia que le dé sentido a todo.
Esto no les pasa a Ed y a Sophie, nuestros amigos del vídeo. Toda cosa que sucede y que no esperan, o es extraña, la resuelven en su mente inmediatamente. Eso es el poder del amor, está claro, pero no deja de ser útil para ti.
Verás. Existe una gran cantidad de trabajos académicos que dejan bastante claro que nuestra mente crea historietas antes de actuar, lo que en consecuencia determina lo que haces, piensas y dices. Esas “historietas” son el contexto que creas para entender lo que vives y, por tanto, son lo que le da sentido a tu vida y a las experiencias que vives, has vivido o vivirás.
Eso que te cuentas, que empieza siendo una ficción, es un cuento chino establecido en sentido figurado y creado en base a cosas que no existen más que en tu mente, pero que termina siendo la verdad y lo que aceptas como tal. Son esos cuentos los que sostienen tu realidad y tu manera de encajar en el mundo.
Lo que vives, lo entiendes a través de esas historietas que te montas en la cabeza y que a veces te dan escalofríos. Algunas son muy buenas, sorprendentes y placenteras, y otras lo son menos. Es así como ves las cosas y como entiendes que funcionan y, sobre todo, en qué lugar te dejan a ti.
Entiende y acepta que son tus historias mentales las que te hacen ver lo que ves, o al contrario son las que te impiden ver lo que quisieras ver.
Cambiando tus historietas
Y ahora vayamos a los básicos de todo esto. Eres perfectamente capaz de crear historietas completamente nuevas en tu cabeza. No lo harás en dos días, eso está claro. Por eso debes asumir que ese es el trabajo personal de tu vida, porque tu mente seguirá creando historias hasta el día que mueras.
Bueno, en algunos testeos se ve claramente que lo que haces después de morirte también es imaginable.
El ejercicio para ti es escribir un objetivo que creas cercano y relativamente sencillo de conseguir, y convertirlo en imágenes. Cierra los ojos e imagina que te sucede eso que deseas tener. Luego amplía la imagen que tienes en la cabeza incluyendo cosas que ya existen en tu vida y que te son conocidas, y que se integran perfectamente con eso que “has conseguido”. Incluye cosas como tu coche, tu barrio, tu trabajo o tu casa. Repite la imagen en tu cabeza muchas veces, hasta que empieces a olvidarte de hacer el ejercicio.
Te vas a sorprender.
Robert Burton define a la imaginación como “la capacidad de enfrentar y tratar un problema”. Eso quiere decir que manteniendo tu apertura de mente y utilizando las imágenes que ya tienes, que son parte de tus recuerdos, puedes empezar a ver de forma diferente cosas que antes te parecían insustituibles. Otro defensor de esta forma de ver las cosas, el brasileño, Carlos Braga dice que “imaginación sin implementación es solo alucinación”.
Por eso, para el coro de la canción, de Ed Sheeran escribió: “cuando estás cerca, me das escalofríos. Quieres bailar hasta que la luz del sol desaparezca, y cuando nos digan que la fiesta se acaba, hacer que siga.”
Hay un objetivo loco y poco realista detrás de esas líneas. Él trata de hacer que la felicidad que siente se prolongue, aunque otros quieran “terminar con la fiesta”. Es loco y poco realista, pero es un deseo válido y realizable. Por eso los protagonistas del vídeo se niegan a aceptar como “definitivo” lo que ven o lo que sucede.
Ese es el poder de las historietas que te cuentas. No se trata de negar la realidad, ni de andar por la vida como “El extranjero” de Camus. Se trata de un trabajo consciente, dedicado y esmerado. Todo va de que vayas diseñando y cambiando, poco a poco, las cosas que estás viviendo y que no te gustan, dejando las que sí.
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