Resumen
Cuando tienes en mente hacer una actividad, cualquiera que sea, puedes apoyarte en tus testeos para tener más información energética útil que te ayude a tener una mayor visión de lo que esa actividad implica.
Este email trata de un protocolo actualizado del antiguo “testa a ver si me da energía” que se hacía antes.
Tiene dos partes, una que te aplicas tú a ti, antes, para saber si estás en condiciones de tener buena información y una segunda parte que es testar la actividad misma. Ambas partes se basan en las tres premisas básicas que debe cumplir una actividad para ser considerada energéticamente positiva.
Introducción
Este primer número, inaugural como es, está dedicado a tener una herramienta actualizada sobre lo que vamos a tratar: la “energética”.
Entonces definamos “energética”, a ver que tal nos sale: Energética –dentro de este boletín– es la práctica de estudiar todo lo que pertenece y es relativo a la energía, lo que la produce, cómo funciona y cuáles son sus aplicaciones.
¡Vaya, nos ha salido bordado!
Pero entonces ahora –segundo paso– deberíamos definir lo que es “energía” dado que es lo que vamos a estudiar ¿no lo crees?: Energía es un sistema que es capaz de hacer un trabajo y que cumple con tres premisas básicas para considerarse así:
Tiene el poder de hacer ese trabajo
Tiene los permisos para hacer esos trabajos y
Resulta eficaz en hacer ese trabajo.
¡Pum! Dicho queda.
¿Qué se puede considerar energía?
Caso 1
Podemos decir que la la luz eléctrica que pasa por los cables de tu casa y que es capaz de encender la luz, es energía.
(Mazazo para los de la Nueva Era)
Veamos: esa energía puede encender la luz, tiene los permisos para hacerlo y, además, lo hace. Pues cumple con las tres premisas, es energía.
Caso 2:
Veamos la técnica del Reiki, esa en la que pones las manitas juntitas y ¡zas!, sale un “rayo de energía” que hace cosas.
Tiene poder, tiene permisos y tiene resultados. Claro, que alguno dirá que el Reiki no sirve, pero en su defensa diré que hay quien piensa que las “eléctricas” son un timo, pero eso no evita que la luz que llevan a casa nos sirva ¿no? Pues entonces, Reiki es energía.
Puede que algo te guste o no, pero eso no significa que no sea real o que no cumpla con las tres premisas para ser considerada energía, que es de lo que va este email.
Otros casos que nos ocupan aquí son la acupuntura, la homeopatía, el ayurveda y tantas otras técnicas que “mueven energía”, así como otras cosas menos energéticas, como un curso de motivación. Pero lo más importante, a partir de ahora, es que lo que deberías plantearte no es si la actividad en la que te vas a involucrar “mueve” la energía, sino si cumple con las tres premisas.
Tranquilidad, al final del email lo tendrás todo claro.
Premisa del Poder en un sistema
El poder, cuando hablamos de energía, implica que debes verificar que el sistema hace lo que se supone que debe hacer. Aquí empezamos a patinar porque, por alguna extraña razón, pensamos que una actividad, un curso o una técnica nueva que nos gusta, nos atrae extrañamente o tiene un buen marketing sirve “porque sí”. Es como si al decir “energía” o “curso” la cosa se convierte en un “esto es un sirve para todo” y “todo vale para todo” y no es así.
Así como no le pedirías a un oftalmólogo que te cure el corazón, no le pides al Reiki que te cure a una persona que está en la UVI, para eso hay algo mejor que se llaman médicos y enfermeras de urgencia. Es decir, si me encuentro en la calle con una persona que ha resbalado y, al caerse, se rompió una pierna y el hueso sobresale de la piel, pues no puedo usar Reiki, llamo a una ambulancia ¿me explico?
Y ya alguno me ha dicho “claro, claro” eso suena muy lógico; pero luego esa misma persona que lo dice va y resulta que ve una buena campaña de marketing en Facebook (¡ostras, y las hay!) en la que le dicen “Nuevo, definitivo, el Reiki Galáctico, para curar huesos rotos” y va y se apunta.
Sin comentarios.
Premisa del permiso en un sistema
Cada cosa tiene su espacio, su dominio. La energía no es una excepción. Tener permiso significa que esa energía tiene licencia, consentimiento y autorización para poderse realizar o ejecutar en el ámbito en el que se dice que actúa.
Mira este ejemplo:
Los “médicos” naturistas se autodenominan así, pero no tienen permiso para utilizar esa palabra. No lo tienen porque para poder ponerte el título de “médico” delante del nombre tienes que pasar 30 años de tu vida estudiando, así lo ha decidido la sociedad, toda ella. Lee bien: igual tú no lo apruebas, pero el resto de los 7.500 millones de otros humanos con los que convives en este planeta así lo estiman, y estás en minoría.
Nadie, en su sano juicio, iría a un médico de urgencias que hubiera hecho la carrera en cursos de fines de semana. No porque se desprecien los cursos de fin de semana, por Dios que yo vivo de ellos, sino porque cada cosa tiene su lugar. De la misma manera no pretendo que el médico entienda el favor de la energética, dado que éste no la ha estudiado y, cuando la estudian, flipan.
Caso del Reiki:
En algunos países esto lo tienen claro, así que el Reiki se da en hospitales, por gente que tiene permiso para ello. Lo mismo pasa con la acupuntura, el ayurveda o la homeopatía, pero jamás por encima del médico y del sistema nacional de salud, sino dentro, conviviendo con todo ello. Cada uno tiene su lugar y, al ocuparlo, se guarda la armonía y el equilibrio del todo.
Solo cuando estás en disposición de aceptar ese hecho de buena gana, podrás entonces mirar más allá y entender cómo es que funciona el mundo de las energías. Podrás encontrar por qué le dan permiso a Mikao Usui para que enseñe Reiki, por qué el Ayurveda fuera de la India no funciona igual, porqué Luong Minh Dáng pudo enseñar Energía Universal o, más sencillamente, por qué funciona una piedra específica, como remedio en feng shui, puesta en una zona de una casa.
Se llama premisa del permiso.
Premisa de la eficacia
Esta es la parte más “incómoda” de entender, sobre todo cuando te has pagado una buena cantidad de dinero en una formación de algún tipo en alguna técnica que controla una “energía”.
Resulta que todo cambia y cambia a mejor, siempre.
Las cosas cambian y mejoran, pero lee bien, porque no he dicho que te guste o que sea placentero el cambio. Solo he dicho que cambian, siempre a mejor, se llama evolución. Solo tienes que mirar un poco hacia atrás para darte cuenta de que hemos mejorado; la vida del ser humano hoy es mejor que hace 100 años. Seguro que puede mejorarse más, seguro que puedes decir que es lento, e incluso puedes decir que no va bien. Pero no puedes decir que no ha cambiado y que es mejor, aunque te parezca poco.
Y como eso es así, entonces: ¿crees que la energía cambia? ¿crees que toda energía debería actualizarse cada cierto tiempo? o ¿crees que la energía es inmutable, fija y permanente?
Cuando una energía no se actualiza con los cambios que ha habido, se queda rezagada y pierde eficacia. Una cosa que pudo haber sido muy buena hace mucho, ya no tiene por qué serlo hoy.
Ejemplo de la Energía Universal
Esta técnica llegó a nosotros porque un hombre llamado Luong Minh Dáng, vietnamita de pura cepa, la actualizó y la metió en el siglo XX. Entiende que esa técnica tiene cientos de años, pero no se quedó ahí, sino que se actualizó, lo que permitió que no perdiera su efectividad hasta hoy, aunque puede que algunos de sus practicantes no estén muy actualizados.
Ejemplo del feng shui
Resulta que cuando me vi abocado a trabajar en feng shui públicamente, en el año 2000, me encontré con gente que decía que poner unas moneditas chinas en la puerta era bueno, que traía buena suerte y fortuna.
Que lástima que no veas mi cara ahora, mientras escribo esto.
Bueno pues resulta que eso, hace mil años valía, porque utilizar tres monedas para esto era entonces un símbolo de estatus y éxito, pero ¡joder, que los chinos se estaban muriendo de hambre en esa época!, y desde luego que el no utilizar esas monedas para alimentar a tus hijos famélicos era un símbolo de confianza en el futuro.
Hoy en día, para hacer algo así que valga, deberíamos colgar 3 billetes de 200 euros en la puerta de entrada. De hecho, te reto a hacerlo, a ver cuándo duran allí colgados los 600 euros. Y eso no lo vamos a hacer.
¿Lo ves? Una cosa que funcionó antes, incluso hace unos años, no necesariamente lo hace ahora.
Tómalo en cuenta
Estas 3 premisas son vitales. En emails futuros vamos a trabajar con ellas a tope, porque son las que te van a permitir encajar los cambios y a saber en qué puedes invertir tiempo y dinero con poco riesgo sin sufrir frustración por expectativas no cumplidas.
La próxima vez que vayas a estudiar una energía, trata de medir estas tres premisas antes de decidir. Utilizando este sencillo protocolo puedes hacerlo de forma segura.
Lee bien, con calma y repetidas veces lo que sigue. No necesitas más que prestar atención y repetir la lectura, calmadamente y dejar de respirar lentamente. Veamos:
Testeo para una actividad
Estas son las tres preguntas que debes hacer para determinar si una actividad que quieres hacer (cursos, técnicas, viajes, terapias, etc.) te vale la pena hacerla, personalmente hablando. Las respuestas deben ser “si” rotundo en todas
Puedes testar si realmente hace lo que dice que hace. Y si dice que si ¿en cuánta medida? (mide de 0% –nada– a 100% –todo–).
Testa si tiene permiso para ser utilizada en los campos que se supone que actúa y, lo más importante, si tú puedes disponer de los permisos para utilizarla igualmente, al formarte por si quien la enseña tiene permisos, pero no puede pasártelos a ti.
Testa si esta técnica está actualizada, cuánto durará su eficacia y si está previsto que la actualicen para prolongarla.
El objetivo del testeo es evitar retornos negativos por participar en actividades que energéticamente no te vienen bien.
Testeo personal previo a testar la actividad
Antes de testar la actividad, debes asegurarte de que estás “en forma”, energéticamente hablando. Por eso lo más importante de todo este testeo es que te lo apliques tú, a ti, antes de pasar por los puntos 1 a 3 anteriores:
¿Realmente te interesa eso y está alineado con tu destino?
¿Puedes testar cosas sobre eso y tienes la energía que se requiere para hacerlo?
¿Estás completamente actualizada/a y estás capacitado/a para hacer ese testeo?
Si una de las respuestas anteriores es “no”, entonces no estás “en forma” para poder tener un testeo limpio y robusto de la actividad. Mejor pide a alguien que lo haga por ti, siempre y cuando para esa persona estas mismas respuestas sean, todas, positivas.
Algo que tienes que tener en cuenta
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En correos como Gmail y algún otro, puede que “Energética en tu email” no esté en la carpeta de correo no deseado, entonces debes buscar en la pestaña Promociones.
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