Resumen
Este es un email sintético e integrador. Lo he imaginado, después de 2 sábados de parón, con la intención de ordenar ideas, porque puede que muchas de las que encuentres en los emails anteriores te parezcan difíciles de ubicar dentro de un contexto que tenga sentido para ti.
Por eso, y de tiempo en tiempo, es conveniente hacer un repaso general de ideas, para que las vayas poniendo todas donde van, y asegurarte de que estás entendiendo las cosas tal como son. Es importante, dicho de otra forma, que no estés construyendo tu propia representación mental, haciendo mezclas de ideas que igual no deberían estar juntas.
Y no es que tus propios modelos mentales no valgan. Por Dios, no es eso. Son tus propios modelos los únicos que te sirven bien. Pero que sean tuyos no significa que los hayas construidos con ideas que coinciden y que signifiquen lo mismo. Así que toma lo que vas a leer como una especie de esquema de estudio, un resumen.
Tú quieres lo que quieres
Como persona normal que eres, deseas cosas. Desear, en energética, no es malo. Y no lo es porque tus necesidades de vida no desaparecen hasta que mueres. Necesitas alimentarte, relacionarte, vestirte, tener un lugar donde vivir, protegerte y hasta necesitas dar sentido a las cosas que vives, es decir, trascender.
Esos deseos que tienes, cuando vas a por ellos, puedes hacerlo en automático. Eso significa que lo haces sin pensar mucho en todo ello, como lo hace la mayoría de las personas que viven en este planeta. Pero sucede que algunas personas, por alguna razón, terminan pensando en que lograr lo que desean es un poco más complejo que simplemente ir a por ello.
En este caso, decimos que empiezas a trabajar conscientemente el conseguir tus objetivos. En energética esa fase se llama de “crecimiento personal”. Eso significa que estás aprendiendo a controlar las cosas que influyen en conseguir lo que deseas conseguir.
Tus objetivos no son tú
Hay, como primera parada, una idea muy sencilla que puede que no repares en ella al comienzo, pero que se hace vital con el tiempo. Tú no eres tus objetivos. Verás, lo que sucede normalmente es que algunas personas, puede que tú al comienzo, crean que “son médicos”, “son empresarios” o “son madres o padres”. Y si asumes que esa es solo una forma simplificada de hablar, entonces es perfecto.
Pero es mucho más inteligente pensar que soy una persona que ha estudiado medicina y a la que le gustaría ganarse la vida con esa profesión. Es mucho mejor entender que, teniendo una empresa, también soy ser humano, y no estoy solo, ni el mundo está en mi contra. Es mucho más sano saber que tienes los hijos que tienes, pero que necesitas hacer cosas que enriquezcan tu vida, o tus hijos pagarán las consecuencias.
Así que, como persona que desea conseguir cosas, lo primero que puedes hacer es escribir esos deseos. Al ponerlos por escrito pasan muchas cosas en tu cabeza, pero en resumen lo que sucederá es que, al leerlos, podrás verificar si eso que has escrito es lo que realmente deseas. Pero, y sobre todo, sucederá que el esfuerzo de ponerlos en una frase hará que tu mente discurra sobre eso que deseas.
Los objetivos son ideas
A partir de allí van a pasar dos cosas. Ambas muy parecidas, pero que no son lo mismo y que requerirán tu atención, energéticamente hablando. La primera es que a esas ideas hay que darles energía. Sucede que esas ideas tienen que nacer, tienen que crecer y tomar mucha energía para hacerse reales.
En este momento te conviene entender que las ideas nacen, crecen, se desarrollan y se preparan para ser reales en un lugar que nosotros llamamos espacio energético. Para simplificar, solemos llamar a ese lugar “8D”. Una vez listas, salen de 8D y entran en tu vida. Se hacen reales. Entran en 3D. Físicamente hablando, ese es el momento en que firmas un contrato, de una compra o de una venta. Es el momento en que tu ascenso se hace efectivo, o tu aumento de sueldo es ingresado en tu cuenta. O es, sencillamente, el momento en el que cierras una venta y la cobras.
Así que lo que quieres, que empieza siendo una idea, necesita energía. Pero resulta, como te acabo de decir, que es que hay una segunda cosa que pasa a la vez. Y es que tú, como persona que deseas eso, también necesitas energía. Y la necesitas para que tu mundo funcione. Una buena imagen para entender esto es verte como si fueras el sol, y asumir que las cosas que conforman tu vida están flotando dentro de tu espacio porque son tuyas, y se mantienen allí mientras tú tienes energía para que eso suceda. Cuando no la tienes, se van.
No hay magia en ello
Revisemos un poco mejor esta última idea. Eso de que si tus cosas no tienen energía se van, no debería sorprenderte porque es una experiencia que ya entiendes y conoces. Si no haces cosas con tu pareja, la relación decae. Si no haces tu trabajo, lo pierdes. Si no das un sentido a tener dinero, lo gastas. Tu hijo no es un rebelde sin causa. Lo que sucede es que tú no has hecho cosas con él, y ahora él pasa de ti. Un camarero no puede servirte bien si le tratas con desprecio y una persona a la que le pides algo, no sonreirá si llevas puesta tu mejor cara de enfado.
Imagino que ya lo ves claro, pero por si no es así, te insistiré en ello. No haces cosas con tu pareja porque no tienes más energía. Tu trabajo va mal, porque no tienes energía para hacerlo mejor. No entiendes que la magia del dinero está en crear riqueza, porque no tienes energía. No te relacionas bien con las personas, las conozcas o no, porque no tienes energía.
Claro que saber esto tiene un punto bueno y uno malo. El bueno es que, en realidad, no eres tan mala persona como para ir al infierno. Lo malo, es que no irás al cielo porque no tienes energía. Así que es tu responsabilidad buscar esa energía, porque no te la va a dar la vida, dado que ella no funciona así. Es como cuando un coche necesita gasolina, y tiene que ir al lugar en el que se la sirven. Pues en tu caso, lo mismo. Igual, igual.
Las gasolineras energéticas
Hay, igual que para los coches, varias vías para conseguir esa energía extra que necesitas, para tus objetivos y para ti. E, igual que pasa con un coche, no vas a ponerle gasoil a un coche que necesita gasolina, ni gasolina a un camión que necesita gasoil.
Para darle energía a tus objetivos, tienes a los arquetipos. Revisa los emails que tienen esa palabra en el título y verás que entiendes de lo que hablo ahí. Si, además, tienes acceso a los emails de pago, revisa todos los contenidos destinados a “los Eventos”.
Por otro lado, para darte energía a ti, tienes que trabajarte tus contratos de vida y tus edades. Revisa pues los emails #112, #113 y #114. Pero antes de ir entiende una cosa. Eres tú quien tiene que ir a la gasolinera. La recompensa que obtienes compensa con creces el precio que pagas por ir. Pero te sucederá, y eso es normal, que te lo pensarás.