Resumen
Este último email del año 2.022 puede que te parezca extraño y misterioso. Puede, incluso, que lo leas ya en 2.023, y nadie te culparía por ello. Aun así, te lo envío, por aquello de que te prometí que te remitiría algo todos los sábados, y para guardar la tradición de hacer de estos emails que recibes, un curso básico de energética.
La imagen que quiero revisar es sencilla. Las ideas que sirven se llaman arquetipos.
Y esto tiene que ver, y es continuación, de “Símbolos y objetivos” que es el email #101. Verás, una vez entiendes que un símbolo es un objeto o una acción física que te sirve para establecer los puentes con las ideas, que son energía, entonces necesitas identificar las ideas buenas, las que te apoyarán en conseguir lo que buscas.
Pero estamos tan habituados a que sean otros los que piensen en lo que es y no es espiritual, que nuestras ideas sobre el tema suelen estar contaminadas por opiniones, propaganda y por cualquier otra cosa que no sea, de verdad, espiritual. Así que vamos a explorar eso a lo que llamamos ideas buenas, o arquetipos.
Pero, antes de empezar, quiero llamarte la atención sobre un punto importante. Estamos a finales de 2.022, y hoy no sabemos muchas cosas. Como humanidad, digo, tenemos muchas lagunas. Como individuos también. Pero esa parte, imagino, es algo que tienes más claro. Así que vamos a comenzar por aclarar cosas sobre lo que sabemos y lo que no.
Lo que es un constructo
Cuando hablamos de ti, y de cómo eres, hay muchas cosas a las que les ponemos nombre porque sabemos que existen, pero que en realidad no tenemos ni idea de lo que son. Te pongo un ejemplo. Inteligencia. Eso es algo que sabemos que existe, pero no lo que realmente es, ni cómo funciona.
Otro ejemplo es el de la “locura”, palabreja que ya hoy no se utiliza mucho. Antes la utilizábamos porque podíamos definir cuando había una disfunción de cualquier tipo, pero no sabíamos que es lo que pasaba. Así que lo metíamos dentro de la palabreja, que era una especie de “cajón desastre”. Hoy tenemos bastante definidas muchas de esas disfunciones, y ya no distinguimos entre “sanos y locos”, sino entre neurotípicos y neurodiversos o neurodivergentes.
Así que vamos al punto. Cuando una palabra se convierte en un cajón desastre, para cosas que sabemos que existen, pero que no sabemos de qué van exactamente, las llamamos constructos. “Locura” es una palabra en desuso, porque era un constructo que ya no necesitamos. Inteligencia es un constructo, porque sabemos que somos inteligentes, pero no sabemos decir por qué lo somos.
“Energía” es un constructo
Como resultado de que todo lo que es espiritual en el ser humano está muy, pero que muy contaminado, por las religiones en el mundo, hemos empezado a localizar nuestras experiencias espirituales dentro de un constructo que llamamos “energía”.
Pero como vamos avanzando, el trabajo de Carlitos Jung estableció un esquema bastante fiable de cómo es que todo esto de la energía y de la espiritualidad se pasa en tu vida. Bueno, más específicamente, dentro de ti. Claro que te tengo que advertir de que necesitas entender que estudiarse a Jung, con mentalidad de la edad media, no te sirve de mucho.
Así que voy a proponerte un esquema que a mí me ha ayudado mucho a organizar mis ideas sobre lo que veía Jung. En general lo veo como una matrioska, en la que la muñeca más exterior es tu cuerpo físico. Pero dentro, cuando abres la primera muñequita, hay muchas más cosas. En este momento, y para no complicarte, diremos que dentro de tu cuerpo físico está todo tu inconsciente, tal como dentro de la muñequita rusa hay más muñequitas escondidas.
“Inconsciente” es parte de “energía”
La idea que quiero que imagines es que, cuando te refieras a tu energía, sepas que te refieres a algún aspecto dentro de tu inconsciente, que contiene partes más personales, como tu alma, tu mente, tu Yo y la energía de tu cuerpo físico. Pero en ese modelo mental de tu inconsciente, también debes incluir una parte muy, pero que muy interesante, que es más “colectiva”.
En este modelo energético de ti, cuando imagines todo esto, tu inconsciente personal está más cerca de ti y de tu cuerpo físico, y el colectivo está más lejos. En otras palabras, las muñequitas más grandes son “personales”, y las que están más adentro, las más pequeñas dentro de la matrioska, son más colectivas. Jung decía que el inconsciente personal te ayuda a entender cosas tuyas y de ti, y que el inconsciente colectivo tenía que ver más con tus relaciones con el mundo.
Así que, para redondear esta idea poniendo un ejemplo, cuando hablábamos en el email #101 del árbol de Navidad, hablamos de conectar con el aspecto más colectivo de tu inconsciente, porque no hay manera física o energética de lograr nada sin una buena conexión con otras personas, con el planeta y, si me apuras mucho, con el sistema.
El inconsciente colectivo “bueno”
Pero el inconsciente colectivo, grande como es, no es solo para ti. Por tanto, imagina que hay algunos aspectos suyos que apoyarán lo que quieres, y algunos que no lo harán. Esos aspectos son ideas, nada más, pero dada su conexión con otras personas que quieren lo mismo, son ideas poderosas.
Es a esas ideas a las que Carlitos dio el nombre de arquetipos. Así pues, un arquetipo es una idea colectiva que te sirve para conectar tus objetivos con energías que son más grandes que tú, porque son colectivas, e incluyen a otros. Y, tal como ya viste en el email #101, para conectar con ellas necesitas un símbolo, es decir, un objeto o una acción que te ayude a ello.
Imagino que piensas que esto es mucha teoría, ya lo sé, pero es que o es esto o sigues en la inopia. Vamos con ejemplos. Imaginemos al Arcángel Miguel. Ese es un pedazo de arquetipo, porque existe en muchas culturas y en este planeta hay millones de personas que “conectan con él”. Claro que tú imaginas a miguelito con alas, blanco y vestido de túnica, porque necesitas humanizar la idea para conectar el símbolo. Pero tú no cuestionas eso.
Conectando con Miguel
Ahora mezclemos el email #101 con este. Imagina que tienes una piedra de más en casa, digamos una pirita, que quieres utilizar como símbolo para conectar con el Arcángel Miguel, para que le meta energía a tu árbol de Navidad, y lo que quieres lograr con él.
Entonces cierras los ojos, piedra en mano, y vas a visitar al Arcángel Miguel en tu mente y le dices que esa piedra que tienes en la mano es una ofrenda para que meta energía a tu árbol de Navidad y todo lo que él simboliza de fin de tu trabajo de todo un año, de ahuyentar la mala suerte y el atraer la buena, y de la magia y la alegría que te aporta el futuro que viene.
Luego pones la piedra al pie de tu árbol, y ya está. La conexión está hecha, porque tú has utilizado el lenguaje que necesita tu inconsciente personal, y tu inconsciente colectivo, para conectar con esa idea que es un arcángel, para que te de la energía que necesitas.
Ahora cambia el arquetipo y cambia el símbolo por unos que te gusten, y lograrás lo mismo. Tendrás la energía extra que necesitas.
La propuesta de trabajo para 2023
Esta es la 4ª edición de “Mejorar Mi Economía”, un trabajo que propongo para todos los que tienen una suscripción de pago.