Bueno. Para ser justos, el nombre completo debería ser “Cien, cien, cien, ¡feliz Navidad!”. Porque el email coincide con estas fechas. Y, mira por dónde, pensé que podría aprovecharlo para celebrar la cosa.
Un cliché, ya lo sé. Y de los buenos. Corro el riesgo, incluso, de que ni leas el email, que ha resultado un poco irreverente, pero sencillo. Así que voy a tratar de compensarte esta falta de creatividad.
Lo primero es poner una banda sonora. Algo navideño. Me decidí por “God gave me evrything” que es una canción que Mick Jagger escribió con Lenny Kravitz. Está en el álbum de Jagger de 2001, “Godess in the Doorway” (Una diosa en el portal), y su título se puede traducir, después de escuchar la letra, como “Dios me dio todo lo que quería”.
¿Y ahora? ¿ a celebrar el qué?
A celebrar la Navidad se aprende, porque es una cosa colectiva. Es parte de nuestra cultura, como humanos. Y en el caso de la Navidad funciona, porque nos lo repiten y repiten, y físicamente nos encontramos con árboles, adornos, santas, nacimientos, regalos, comidas, cenas y más frío de lo habitual.
Podría comenzar, a partir de allí, diciendo que celebramos el solsticio de invierno. Pero hoy en día nadie sabe lo que implica eso. Para los antiguos era lógico, claro, porque habían sembrado y trabajado como bestias durante todo el año, y como se les echaba encima el invierno, celebraban el final de la cosecha, comiendo, bebiendo, y haciendo otras cosas.
Podría seguir diciendo que tenemos un Papá Noel, rojo donde los haya. El hombre, aunque nacido en el mediterráneo, se hizo sus primeros pinitos en los Países Bajos y, ya de adulto creció en Norteamérica, aunque su relación con el norte lapón europeo no la pone en duda ni Dios.
También tenemos un árbol de Navidad, que en invierno es una tradición tan vieja como Babilonia. Pero este que utilizamos hoy tiene carácter celta, porque eran ellos los que adornaban árboles durante la celebración. Luego vinieron las luces.
También llegaron las bolitas de cristal en el árbol, que no se sabe mucho de dónde vienen. Pero ya en el norte de Europa y en el Reino Unido, desde hace tiempo, se utilizaban para poner en el jardín, y con ello ahuyentar a los malos espíritus, y para eliminar a la mala suerte y atraer la buena.
Claro que un buen español diría que falta el nacimiento. Pero esa es una costumbre católica que nació a finales de la edad media y que está desapareciendo. Lo dejo a tu criterio. Pero siempre nos quedarán las compras, claro. Y están las comidas, y las cenas de Navidad. Las familiares y las de trabajo, y los regalos y todo lo demás.
Desde solsticio, pasando por Navidad, y hasta los regalos
La fiesta ha cambiado, de lo que era a lo que es, porque somos humanos. Sucede que, aunque el tiempo pase, las creencias preexistentes de nuestro cerebro no se disuelven solas. Y una como ésta, que tiene más de 5 mil años, no se cambia como si se estuviera tirando toda la ropa que uno tiene, y luego comprando un conjunto completamente nuevo. No va así. Eres tú el que escoges y eliges lo que dejas y lo que te quedas en tu cabeza.
Al final, las nuevas creencias que elegimos se unirán al mismo marco neurológico que las antiguas, porque las que tenemos allanan el camino para creencias adicionales. Por eso, algunas veces, las nuevas celebraciones se parecen a las anteriores, como en este caso.
Y ya en un tono más personal, tienes que saber que puedes cambiar tus viejas y bien aprendidas costumbres por otras. No pasa nada porque puedes tener los mismos sentimientos intensos y profundos por otras vías. Ten por seguro que el contexto puede que cambie, pero la experiencia interior no.
¿Y si diseñas la tuya?
Por ejemplo, lo que puedes celebrar esta Navidad es la misma celebración. Utiliza cualquier excusa para producir una experiencia que te valga la pena. Algo multidimensional, que se entrelace con todo lo que conoces, aunque sea difícil de explicar.
Puedes pensar en una celebración espiritual amplia y ecléctica, pero que sea tuya, que esté incrustada en ti, y que no importe si se entiende fuera del contexto que tú le des.
Las creencias y cosas que hacer que elijas, van a terminar construyendo una idea propia, completa, y dinámica, que será "tu Navidad". Esta es una buena época para pararte, y pensar el cómo, el qué, y el porqué de lo que vas a celebrar.
Pero no quieras exportar tu idea. Solo comparte con otros, y deja que tus razones te ayuden a ti, como las de cada uno ayudan a cada uno.
Lo que te deseo es que el árbol de Navidad te ayude a celebrar que has trabajado durante todo un año completo y que, mal o bien, sigues aquí.
Lo que te deseo es que las bolitas de cristal de colores del árbol ahuyenten la mala suerte de tu vida, y te traigan toda la buena.
Lo que te deseo es que el hombre mágico te traiga regalos llenos de hechizos positivos, que te ayuden a ser fiel a ti y a tus sueños, desde los grandes espacios abiertos en los que vive, junto con los samis.
Feliz tu Navidad David y familia!!!
Os deseo lo mejor del mundo para vosotros.
Os deseo MUCHA FELICIDAD.
Un fuerte abrazo.
¡ FELIZ NAVIDAD!
Para ti y para toda tu FAMILIA
UN ABRAZO